El amor conyugal, uno de los milagros más bonitos

Ha sido presentado el Mensaje del Sínodo extraordinario. Los obispos recuerdan la importancia de un itinerario preciso de amor para que la unión entre dos personas sea auténtica.



“Es una luz que calienta los cuerpos y las almas de todos aquellos que cada vez que la encuentran en ellos mismos, un hombre y una mujer, deciden donarse el uno al otro, para siempre”. Estas eran las palabras de los padres sinodales contenidas en el Mensaje de la III Asamblea general extraordinaria del Sínodo de los obispos, publicado el sábado por la mañana durante la XIV Congregación general.


Continuando con la descripción del encuentro luminoso de amor entre dos personas, la Asamblea ha querido recordar que el itinerario que conduce a este último, para que se trate de una autentica unión, debe comenzar con el noviazgo, “tiempo de espera y de preparación. El itinerario se actúa en plenitud en el sacramento dónde Dios pone su sello, su presencia y su gracia. Este camino conoce también la sexualidad, la ternura, la belleza, que perduran incluso cuando decae el vigor y la frescura juvenil. El amor tiende por naturaleza a permanecer para siempre, hasta dar la vida por la persona que se ama (cf. Jn 15,13). En esta luz, el amor conyugal, único e indisoluble, persiste a pesar de las muchas dificultades de los límites humanos; es uno de los milagros más hermosos, aunque sea el más común”.

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